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EL ESPEJO DONDE MIRARNOS Y SANAR

Como fragmentos de un espejo roto que al juntarse nos devuelven una imagen posible de lo que somos, cada uno de los ocho largometrajes en competencia este año son herida, memoria, celebración y promesa.


Toda la oscuridad de una dictadura se revela en sus archivos rescatados: imágenes olvidadas de una celebración macabra que, como brasas, aún arden y reclaman ser vistas. El eco de unos mensajes de voz se vuelve testimonio desgarrador de un drama familiar íntimo, pero también un intento de recomponer lo quebrado. En un viaje absurdo y luminoso, una esfera verde parece cargar con la fe, la obstinación y la necesidad de seguir andando, aún sin certezas. Esa misma obstinación que se enfrenta al silencio de un regreso, donde madre e hijo se reencuentran en un duelo sin palabras, buscando si el perdón es posible.


El camino se expande en la aventura de dos hombres —uno en duelo y otro en tránsito— que convierten un viaje por los Andes en un ritual sanador de despedida y reconciliación. La misma búsqueda late en los convulsionados días de una actriz travesti que inventa nuevas narrativas para existir, para gozar, para contradecir los moldes y abrir una utopía inesperada: ser mujer. Mujeres que transforman la fragilidad en potencia; migrantes que cargan el peso de mundos desiguales y que en la noche descubren sus dones convertidos en superpoderes. Y en un eco de celebración final, los registros de un pasado mítico devuelven a la vida un templo desaparecido; a un boliche que fue refugio, fiesta y comunidad, y que aún palpita en los cuerpos de quienes lo habitaron.


Cada película sana a su manera: mirando hacia atrás, reconstruyendo lo íntimo, viajando sin rumbo, abrazando lo colectivo, reinventando identidades, recuperando espacios. Todas nos recuerdan que sanar no es solo un acto personal. Es también un compromiso con los otros, con la memoria y con el futuro.


Así, este Festival Raíces 2025 nos ofrece un tejido de relatos que laten entre lo político y lo familiar, lo fantástico y lo real, lo doloroso y lo festivo. Porque, al final, el cine funciona como un espejo donde podemos mirarnos y reconocernos: vulnerables y fuertes, incrédulos y esperanzados, rotos y a la vez en pleno acto de sanar.
 

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE ​VIII EDICIÓN
25 AL 28 DE SEPTIEMBRE
 2025
TEATRO EL CHASQUI CHIVILCOY

Catálogo 2025
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